Liberación de la mente
Por María de los Angeles Silva Guardado
La mente es un instrumento magnifico si se usa correctamente, de lo contrario se vuelve destructiva. Generalmente no sabemos utilizar la mente, sino que ella nos utiliza.
¿Crees que eres tú la mente porque te identificas con ella?
Esto es un engaño. Así como a los perros les encanta roer los huesos, a la mente le encanta roer los problemas, generando pensamientos compulsivos.
¿Cómo podemos liberarnos de la mente?
La mente tiene la función de crear pensamientos, la respiración de tomar aire y expulsarlo, el corazón bombear la sangre a los órganos vitales, así como hay otras funciones específicas en el organismo. No podemos detener a voluntad el flujo mental, pero si podemos dejar de identificarnos con los pensamientos.
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Nosotros no somos lo que pensamos. Nuestra mente crea imágenes, películas e historias que cuando las seguimos quedamos atrapados. Para liberarnos de los pensamientos, lo primero que podemos hacer es ser testigos de ellos, “sólo observar al que piensa”, activa un alto nivel de conciencia.
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Cuando nos damos cuenta del vasto reino de inteligencia que tenemos y que los pensamientos son una mínima parte de ella, damos mayor importancia a la belleza, la alegría, el amor, la bondad y la paz interior porque emanan del Ser.
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La paz, es consecuencia de una “unión” que experimentamos como parte de un todo, percibiéndonos como unidad con lo que nos rodea. A esto se le llama: Conciencia de Interdependencia, no somos seres aislados -esto es un engaño-, “soy uno con mi yo, con los otros, con la naturaleza y con Dios”.
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La meditación es un medio para intuir esta “unidad”. Al estar en quietud corporal, mental y emocional, podemos observarnos como un Todo en unidad con el interior y el exterior. De esta manera la mente va perdiendo poder para controlarnos.
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Todos escuchamos “voces” inaudibles en nuestra cabeza. Los procesos involuntarios del pensamiento nos acompañan todo el día como monólogos continuos e inconscientes la mayoría del tiempo.
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Nuestra voz interior comenta, especula, juzga, aprueba o condena, se queja, acepta o rechaza. Frecuentemente imagina resultados negativos y conflictos, a esto se le llama “preocuparse”, que es adelantarse a situaciones que todavía no suceden y que causan sufrimiento mental.
Esa voz, es el peor enemigo porque provoca infelicidad y enfermedad. Muchas personas viven con un torturador en la cabeza que los ataca y castiga constantemente, robándoles la energía vital.
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La buena noticia es que podemos liberarnos de la mente obsesiva. Esta es la única liberación verdadera y por la que vale la pena esforzarnos. Lo primero que podemos hacer es poner nuestra atención a este patrón repetitivo, ya que son viejos discos que han sonado durante años. ¡Identifícalos! y conviértete en observador sin hacer juicios, esta actitud te dará la comprensión del “Yo soy”, percepción de la propia Presencia, que surge más allá de la mente.
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Incursiona a una nueva dimensión de la conciencia, en la que el pensamiento pierda su poder al no darle la energía de la identificación.
Reflexiones del Libro, El Poder del Ahora (Eckhart Tolle)
